Historia
La Acrópolis de Atenas, situada en una colina alargada de 156 metros de altitud, es uno de los conjuntos más completos y majestuosos de la Antigüedad.
Fue en el siglo V a.C. cuando el recinto adquirió la monumentalidad arquitectónica de la que todavía se conservan abundantes vestigios.
Pericles, el director de las obras, utilizó el tesoro de los dioses y el producto de una de las minas de plata de Laurion, así como los recursos de la Liga de Délos para el pequeño templo de Atenea Niké, y a la imponente fachada de los Propileos, los pórticos de entrada.
Fue en el siglo V a.C. cuando el recinto adquirió la monumentalidad arquitectónica de la que todavía se conservan abundantes vestigios.
Pericles, el director de las obras, utilizó el tesoro de los dioses y el producto de una de las minas de plata de Laurion, así como los recursos de la Liga de Délos para el pequeño templo de Atenea Niké, y a la imponente fachada de los Propileos, los pórticos de entrada.
El santuario de Atenea Niké o Victoria Áptera fue erigido en unas dimensiones reducidas, pues sólo disponía de celia cuadrada. Comenzada en el 449-448 a.C, esta diminuta joya de cuatro columnas jónicas en cada una de las fachadas, recibió exquisita ornamentación escultórica. A pesar que gran parte se ha perdido, las conservadas demuestran la alta calidad del taller de Fidias.
Los Propileos, las puertas delanteras, fueron erigidos en mármol pentélico entre el 437 y 432 a.C. Construidos en estilo dórico devienen la obra maestra de la arquitectura clásica. El arquitecto encargado fue Menesicles, que aplicó en esta construcción las mismas técnicas y principios arquitectónicos que el Partenón. Precedido de una escalera monumental, y con dos alas laterales avanzadas con respecto al cuerpo central, constituye la vía de entrada.
Pasada la fachada interior de los Propileos, se accede a la explanada de la Acrópolis. Esta llanura presentaba una multitud de exvotos y ofrendas como las esculturas arcaicas que representan a kórai y kúroi. En este lugar se encontraba la estatua de bronce de Atenea Prornakhos, obra de Fidias, transportada a Constantinopla por Justiniano y desaparecida allí en el saqueo de 1204.
Seguidamente, una sucesión de edificios acaban conformando el recinto sagrado: el templo de Artemisa, la Calcoteca, el Partenón, y el Erecteo. El santuario de Artemisa ha sido objeto de graves devastaciones y su reconstrucción es bastante difícil. También se aprecian los escasos restos de la Calcoteca, una estancia quizás compuesta por dos naves que, como su nombre indica, acogía los exvotos de bronce.

El Partenón, erigido por Calícrates e Ictinos, es un templo de orden dórico de grandes dimensiones, con ocho columnas frontales y diecisiete en los lados laterales. Los constructores recurrieron a complicados cálculos matemáticos para dotar al edificio de una originalidad que ninguna otra construcción helénica pudo igualar. La compleja y rica decoración escultórica fue confiada a Fidias, que dirigió un taller de numerosos escultores.
El templo dedicado a la diosa Atenea y a Poseidón, más conocido como el Erecteo, se convirtió en prototipo del estilo jónico. Construido a partir del 421 su trabajo se prolongó hasta el 407 a.C. Su planta es más compleja, ya que aprovecha los desniveles del terreno con una estructura en terrazas.Hoy los restos de las construcciones de la Acrópolis dan testimonio de la grandeza de la Atenas de Pericles. Un proyecto ambicioso que no pudo ver concluido, pues los trabajos se alargaron hasta el año 200 a.C.
Los Propileos constituyen las puertas monumentales de entrada a la Acrópolis.
Fueron construidos sobre los antiguos Propileos de la época de Pisístrato por el arquitecto ateniense Mnesicles que tuvo que enfrentarse a importantes problemas funcionales y arquitectónicos derivados de la configuración del terreno y del espacio disponible ya que los Propíleos se situaban en el borde de la explanada superior de la Acrópolis, en el límite entre la pendiente de la vía ascendente y el plano horizontal de la Acrópolis.
Los Propileos comprendían un edificio central de forma rectangular de 18,12 metros de ancho y 12,96 metros de fondo y dos alas laterales.
El cuerpo central tenía una fachada exterior y otra interior formadas ambas por seis columnas dóricas que delimitaban cinco puertas de acceso a la Acrópolis, siendo la más ancha la situada en el centro (4,13 metros de anchura y 7,38 metros de altura) que era por donde discurría la vía sagrada que recorrían las procesiones de las Panateneas.
Estas dos fachadas hexástilas estaban demasiado separadas para sostener la techumbre constituida por techos artesonados de mármol por lo que se emplearon en el interior columnas jónicas más esbeltas que las dóricas para aprovechar mejor el espacio. El edificio mezclaba por tanto los órdenes dórico y jónico como ocurría en la Acrópolis.
De los dos edificios que formaban las alas laterales, el situado al norte albergaba la Pinacoteca una galería de arte donde se exponían pinturas realizadas en placas de madera. El ala sur, más pequeña, se componía de una sala, que conducía al oeste, al templo de Atenea Niké.
Fueron construidos sobre los antiguos Propileos de la época de Pisístrato por el arquitecto ateniense Mnesicles que tuvo que enfrentarse a importantes problemas funcionales y arquitectónicos derivados de la configuración del terreno y del espacio disponible ya que los Propíleos se situaban en el borde de la explanada superior de la Acrópolis, en el límite entre la pendiente de la vía ascendente y el plano horizontal de la Acrópolis.
Los Propileos comprendían un edificio central de forma rectangular de 18,12 metros de ancho y 12,96 metros de fondo y dos alas laterales.
El cuerpo central tenía una fachada exterior y otra interior formadas ambas por seis columnas dóricas que delimitaban cinco puertas de acceso a la Acrópolis, siendo la más ancha la situada en el centro (4,13 metros de anchura y 7,38 metros de altura) que era por donde discurría la vía sagrada que recorrían las procesiones de las Panateneas.
Estas dos fachadas hexástilas estaban demasiado separadas para sostener la techumbre constituida por techos artesonados de mármol por lo que se emplearon en el interior columnas jónicas más esbeltas que las dóricas para aprovechar mejor el espacio. El edificio mezclaba por tanto los órdenes dórico y jónico como ocurría en la Acrópolis.
De los dos edificios que formaban las alas laterales, el situado al norte albergaba la Pinacoteca una galería de arte donde se exponían pinturas realizadas en placas de madera. El ala sur, más pequeña, se componía de una sala, que conducía al oeste, al templo de Atenea Niké.
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